El paso por un terreno con piedras, como el interior de un río, siempre tenemos que conducir con la ayuda de un compañero que nos guíe en todo momento y vigile que los bajos del coche no toquen alguna piedra. Los diferenciales y el carter (si no los llevamos protegidos) son débiles ante la dureza de las piedras, y una mal golpe puede dejarnos tirados, con el problema añadido que este terreno no es el idóneo para remolcar un coche.
En paso por piedras, es mejor subir siempre que podamos por las crestas, con lo que ganamos altura libre en el centro de los bajos, la conducción será siempre con una suavidad total, los vehículos con suspensión independiente si frenamos bruscamente, baja la carroceria tambien bruscamente y puede golpear una piedra causando daños al carter. Arrancaremos también suavemente para no forzar las partes mecánicas con los golpes.