En este país, la comida es diferente, tienen la habilidad de combinar con maestría el sabor dulce y salado, lógicamente combinado con especias, las materias primas que utilizan son de excelente calidad.
Los platos típicos por excelencia son:
En la cocina marroquí, existe un plato que sin dudarlo es el más representativo del país y su cultura gastronómica, es el popular “couscous”, su ingrediente principal es la sémola de trigo que se combina con carne de pollo o de cordero, varias clases de verduras o huevos, se sirve en un solo plato del que comen varias personas, siempre con los dos dedos de la mano derecha, no se debe beber hasta que no se acaba el plato.
En Marruecos es costumbre comer couscous los viernes, si bien los turistas lo pueden comer cualquier día de la semana, además lo sirven con platos y cubiertos si se solicita.
El “Tajine” es otro plato representativo de la gastronomía marroquí, es un guiso de carne o pescado acompañado de verduras o fruta, se sirve en el mismo recipiente en el que se prepara. Últimamente el plato se ha modernizado y se elabora con pollo, limón confitado y olivas, o con carne de vaca con ciruelas y sésamo.
La “Harira” es quizás la sopa nacional, el plato que no falta nunca en el mes del Ramadán. Las legumbres son sus principales ingredientes, carne y hortalizas, como no con varias especias como la canela, la pimienta o el cilantro. Es muy nutritiva y se sirve normalmente acompañada de dátales, durante los meses de frío es uno de los platos más consumidos en Marruecos.
El Méchoui es un delicioso cordero asado entero a la brasa, acompañado tan solo de sal y comino y que debe deshacerse en la boca al comerlo.
Los Kefta son pinchos de carne picada con especias mezcladas, comino y pimienta y que envueltas en un paño se guardan para el día siguiente, se asan en los anafres siempre al carbón.
Existen otros platos menos conocidos pero igualmente deliciosos como el “kab-el-ghzal”, un plato de pasta con almendras, o “la pastilla” un plato agridulce elaborado con finas capas de hojaldre que se rellenan con carne de pichón, especias, azúcar y canela.
También las ensaladas ocupan un lugar importante en la cocina marroquí, compuestas de hortalizas frescas, braseadas o guisadas.
La repostería tiene su fundamento en recetas de origen hispano-musulmán, sus dulces se elaboran con miel, pistachos, almendras, nueces, cocos y sésamo, todo aromatizado con agua de azahar.
Quizás el más conocido es “el bstila”, dulce elaborado con hojaldre y leche de almendras, otro dulce es “el cuerno de gacela”, pastel en forma de media luna relleno con almendras.
En cualquier momento del día o al finalizar una comida, él te ocupa un lugar muy importante. Su preparación es todo un ritual, el ofrecerlo a los visitantes es todo un símbolo de hospitalidad. El se te puede acompañar de otras hiervas como la mejorana, el geranio o el azahar, si bien el “te a la menta” es uno de los más deliciosos, en algunos pueblos podremos probar él te al azafrán.